La meditación es una disciplina que desde hace miles de años se recomienda en todas las grandes líneas de enseñanza espiritual.
Es una práctica que lleva a la relajación y crecimiento interior. permite entrar en un estado de plenitud al acallar y limpiar los pensamientos vertiginosos de la mente y lleva a conectar con nuestro mundo
interior, dejando la actividad de las ondas cerebrales, pasando de
las ondas beta, las de la actividad de alerta y plena atención, a las ondas alfa ,
que son las de la relajación y estado creativo potencial.
El estado de profunda meditación se alcanza en las ondas
theta.
Es la etapa
del sueño pero aún manteniendo el estado meditativo.
En un principio la
meditación se practicaba como práctica de conexión interior con la profunda sabiduría del alma, como percepción de esa otra realidad que parece
desdibujarse de la atención de la materia, y vive a expensas del estado vígil. En definitiva, es una herramienta de elevación de consciencia que lleva al silencio profundo que permite escuchar la voz de Dios
En el mundo occidental, se considera un método para aumentar la atención,
mejorar la memoria, para optimizar el rendimiento cerebral. Beneficia
la salud mental, física y emocional, así como ayuda a aumentar la
vitalidad del sistema inmunológico, reduciendo el estrés y
mejorando cualquier tratamiento médico, porque libera en el torrente
sanguíneo una serie de sustancias benéficas, como las endorfinas,
las hormonas de la felicidad.
Son cada vez más numerosos los
estudios científicos que demuestran y confirman estos hechos.
Las diferentes prácticas meditativas:
Hay numerosos referentes
de las prácticas meditativas. Las más conocidas son las que
provienen de oriente, como las del budismo, Theravada, la meditación
de introspección conocida como Vipassana, de concentración, Samatha
y la del amor puro, la Metta. También existen una serie de
disciplinas que integran visualizaciones, cantos, mantras, rezos y mudras, propios del budismo Mahayana, de los hebreos y esenios.
La meditación silenciosa
dentro de la práctica dhyana, zen o chan. El taoísmo y muchas
disciplinas de artes marciales, (budo), practican la meditación en
movimiento, tai chi , qi gong o Chi Kung, y prácticas esenias ancestrales. También se ha desarrollado
ampliamente la práctica yóguica, el éxtasis místico de los sufís,
con las danzas creativas derviches.
Otras tradiciones
religiosas de la meditación se asocian con el cristianismo , así como las disciplinas chamánicas que han tenido una
amplia difusión en el continente americano.
La Meditación en la Cábala
Origen de la meditación
HEBREA , ESENIA
En los escritos de un erudito cabalista,
Abraham Aboulafia, (1240), donde encontraron referencias de
la hitbodèbout, que es como se llama la meditación en
hebreo. Aryen Kaplan, (1934-1983), escritor israelí, descifra
posteriormente las claves de esta práctica en la Torá, a través
de los trabajos de un maestro de la mística hebrea, Rabí Nahman,
(siglo 18). Nahman habla de la transmisión de la técnica secreta de
la hitbodèbout, que los Grandes Patriarcas, (XIII
a.C.) se encargaban de transmitir a los discípulos.
Este rabino
explica que la meditación se practicaba tres horas al día para
conseguir la ascensión del Alma a los 3 estados
fundamentales: Nefech, (sangre) – Rouah,
(espíritu), – Nechamah, (Acto de Respiración).
Esos tres estados son los que permiten al hombre alcanzar la
atención del momento presente, objetivo común a todas las
meditaciones.
Con la comprensión del estado meditativo que nos
expresa la cábala, podemos entender realmente la dimensión de esa
quietud y beatitud interior.
3 Estados del Alma para meditar
- Nefèch, sangre, que etimológicamente significar descansar, relajarse, pero también animarse, desperezarse. En ese estadio nefèch el hombre puede reposar después del esfuerzo, alternando reposo y trabajo, tensión- distensión, sístole y diástole, como movimiento de vida en el cuerpo, en los órganos. Las células están en permanente movimiento, la energía vital se renueva. Nefech es lo que vehicula la sangre Dam, (Daleth, Aleph, Mem), la sangre del hombre, primera respiración orgánica y celular en su dimensión física, que se comunica con las otras dimensiones del Ser. Hitnafèch es respirar hondamente, nefèche, expresa el soplo y el deseo de la vida, de inflar los pulmones para que entre Rouah. Es el primer acto que realiza el ser humano al nacer y el primer acto consciente en la meditación.
- Rouah se define como Soplo-Espíritu. Rouah Hakadosh es el fin último del hombre cuando ha creado el vacío hospitalario, cuando acoge la Presencia de lo que hay, crea y permanece en el santuario para que, en el silencio de la Alianza, reciba el Soplo Sagrado del espíritu Santo. Es cuando el hombre sabio alcanza la iluminación. Es el estadio intermedio de la meditación, es interior. En Rouah la iluminación penetra de tal forma que lleva la mente a la nada, o sea que percibe esa quietud de indescriptible paz interior.
- Nechamah es nacham, respirar, nechem, respiración. Es el estadio más elevado del Alma. Considerado como el Soplo de Dios. Nechamah descarga su Soplo en Rouah Hakadosh, lo que permite la entrada del fluido de la vida y lo que oxigena nuestro Dam, (sangre), vehiculada por Nefèch. En nechamah la meditación alcanza su objetivo, la conexión total y vehicula la salud en todas sus manifestaciones.
La palabra Hitbodèbout,
(meditación), que contiene la raíz badad, estar solo,
retirado, evoca la necesidad de alcanzar este grado último de
soledad interior, después de alejarse del mundo exterior.
El Alma
aislada de su yo profano se desgaja de la imaginación y de los
sentidos. La actividad cerebral disminuye de tal forma que ya no
deroga la conciencia, y ésta puede inundarlo todo en una máxima
abstracción. Sabemos que la mente tiende a anular el
objetivo de la meditación.
El propósito de la Hitbodèbout para el cabalista
La Hitbodèbout tiene
para el cabalista el propósito de llegar a la dimensión de Rouah
Hakasdosh para alcanzar la Iluminación, y que ésta nos
lleve a experimentar la Beriyout, la Salud
Integral. Beriyout se compone de las letras que
forman la palabra beriya, creación, (Beith, Reish,
Yod, Aleph, Vav, Tav). Beriya contiene Bara,
lo que significa crear. Bara se encuentra en el
primer versículo del Génesis, Bereshit Bara Elohim,
En el principio El-Los-Dios crearon.
De todo ello se desprende
que el ser que ha alcanzado la iluminación está desarrollando la
facultad de Ratsone, (voluntad) de vivir, que a su vez
crea una perfecta Beriyout, una plenitud integral y
saludable y por lo tanto una cualidad que satisface la conexión con la divinidad interior y la experiencia
profética, el éxtasis.
La Hitbodèbout utiliza
el lenguaje meditativo que nos permite la continua creación de
nuevos estados del Ser. Mantener viva la Ratsone,
(Voluntad) es renovar la Beriyout, (salud), ya
finalmente instalar en nosotros la Simba, o Hasimba,
(la alegría) y a Mashiah, (el Mesías).
Para los
cabalistas, la ausencia de Simba provoca la
deterioración de la Beriyout y por lo tanto la
enfermedad.
La tristeza se considera el exilio de la
presencia divina. La alegría libera las chispas de luz en nuestro
interior, y la luz es salud. (Rabbi Nahman).
El Ser en la dimensión meditativa busca y encuentra:
La práctica continuada e
intensa de la meditación mueve una gran energía espiritual que conecta con la Voz interior y permite escuchar la Voz de Dios, pudiendo recibir revelaciones proféticas.
Hit-navè,
hit-paèl, (navè, profetizar), y designa el acto reflexivo
de ponerse en actitud de recibir la experiencia del éxtasis.
Entendemos como profetizar el hecho de hacer que la revelación se
haga en, y para nosotros. Pensar en ser profetas de los demás reduce
la fuerza de la revelación.
Esto no significa que el don recibido no
pueda entregarse a otros, pero no debería ser el objetivo
primordial.
La verdadera profecía es aquella que traslada el
individuo a la dimensión del Soplo de Dios, Nechamah, que
permite la creación del ser humano. El profeta debe poder vivir su don en humildad.
Práctica
La práctica de
la Hitbodèbout utiliza los elementos no como
objetos, sino como fuente de inspiración, porque en todos y cada uno
está presente la Divinidad.
Estos son el lenguaje de los Authiots,
las letras hebraicas como estados de conciencia; los Sephirots, emanaciones divinas; los Ángeles;
los Nombres de Dios, mediante el canto o la repetición de mantras.
Aboulafia en su libro, Gan naoul, (El Jardín Cerrado) explica
el método del Tsérouf, (Sepher Yetsirah). Se
trata de la asociación de notas musicales a las letras del Alfabeto
Sagrado que da como resultado determinados sonidos y resonancias
musicales.
Las 22 letras del Alfabeto Sagrado se dividen en 3 letras
Madres, 7 dobles y 12 simples. Las notas musicales son 10.
Combinando
todas esas variantes,
Aleph con Todas, Todas
con Aleph,
Beith con Todas, Todas
con Beith, etc…, las Letras giran en un círculo de
intensa luz, bailando, uniéndose a la cadencia del universo y
producen unas vibraciones que elevan el Alma a Rouah
Hakadosh, (iluminación).
El principio de la práctica meditativa se basa principalmente en la respiración, que es
lo que nos permite tomar conciencia de las 3 dimensiones, Nefèch,
Rouah, Nechamah.
El verdadero órgano de la respiración es
la sangre, la que permite la circulación celular.
Para
la Hitbodèbout, los momentos más adecuados son
después de medianoche y antes de la salida del sol, es cuando los
primeros coros de Ángeles, los Serafines y los Querubines están
iluminando el habitáculo donde meditamos y nuestra estancia
interior.
Aboulafia
propone que la respiración meditativa se establezca en 3 tiempos:
- Inspiración
- Retención del soplo en los pulmones
- Expiración.
La expiración debe durar
más o menos el doble de la inspiración a fin de descargar con ella
un sonido que implica la vibración de las vocales O, A, I, E, U.
Esta práctica tiene el propósito de provocar que la circulación de
la sangre se nutra de la vibración energética de las letras. Se
trata de concentrarse en un primer momento sobre la emoción que
produce esa vibración vocal.
- O, (holam) actua sobre el diafragma, (chacra corazón).
- A, (qamats), sobre el esófago y las 3 costillas superiores y los lóbulos pulmonares.
- E, (tséré), sobre la garganta, las cuerdas vocales, laringe y tiroides.
- I, (hiriq), vibra alto y actúa sobre la nariz, la cabeza, el cerebro
- U, (qoubouts) en todos los órganos digestivos, hígado, intestinos y gónadas.
Con esa respiración y
evocación se produce un masaje que reduce las tensiones acumuladas y
contribuye a la buena oxigenación de la sangre, limpia el pensamiento y eleva la frecuencia vibracional.
Después de estas
inspiraciones y expiraciones se centra la atención en la respiración
pulmonar, el aire entra y sale de los pulmones, pero a su vez se
lleva el torrente sanguíneo a todas las partes del cuerpo, de la
cabeza a los pies.
A cada expiración la sangre, (Dam), expulsa
los desechos, es un drenaje.
Otra forma de meditación
con las Letras consiste en dibujar la grafía de cada letra con
un ligero movimiento de la cabeza, o verlas frente a si, integrándolas en cada centro de energía como si se trata de un
trabajo terapéutico, para luego expandir su vibración en una entrega de servicio álmico.
Algunos ejemplos de meditación cabalística
- La Hitbodèbout y los Querubines: Meditación profunda e inspiradora que se refugia en el Templo de Salomón, sobre el Arca de la Alianza, donde se guardan las Tablas de la Ley, conocimiento iniciático, custodiada por Dos Querubines, puerta de acceso a la conciencia Divina, y mediante los cuales Dios se comunica con Moisés.
- La Hitbodèbout y la música:Rabbi Nahman evoca el origen místico de la música asociada a los Querubines. La música mántrica provoca un estado de quietud mental y ayuda a librarse de los parásitos que oscurecen la alegría, Hasimha.
- La Hitbodèbout y YHVH. El Tetragrama es un poderoso mantra que sólo puede pronunciarse con la boca cerrada. La conexión con el Nombre Sagrado puede ser extremadamente reveladora. Se expresa en las diferentes permutaciones de las Letras-Fuerza que lo componen, hace vibrar la membrana de los genes y penetra a su interior, restaurando los errores genéticos.
- La Hitbodèbout y los Sefirot. Los profetas meditaban horas sobre la concepción del mundo y los misterios de los Sefirot, Centros Energéticos que unidos por los Senderos representan la Creación de todo lo que ES ( Arbol de la Vida)
El camino que lleva
a Rouah Hakadosh (la iluminación), no es un
sendero fácil. La conciencia debe vencer diversas barreras, la
Los 4 elementos de la creación están intrínsecamente
presentes en la meditación, Fuego, Agua, Aire y Tierra, como los 4
Mundos del Universo, Atsilut, Emanación, Beriyah,
Creación, Yetzirah, Formación, Assiya,
Acción.
El tránsito por estos distintos Mundos constituye una acción sagrada personal, liberarse de apegos.
La Hitbodèbout en el siglo XXI
La destrucción del
Templo de Salomón y el exilio babilónico, hace ya más de 2500
años, parecen relegar la exégesis de la dimensión de Rouah
Hakadosh al olvido, y desvanecerse durante siglos.
Se practican ahora ciertas formas de meditación que siguen el ritual
pero no comprenden la esencia.
El auténtico sentido y significado
del poder de esa práctica se refugia en el trasfondo de las
enseñanzas de la mística hebrea, esenia.
Gracias a la paciente labor de
estudio de algunos prestigiosos historiadores cabalistas, podemos
desentrañar algunos de sus misterios. De las mayores fuentes de
información que podemos recurrir, escudriñar y encontrar esta enseñanza, es la Sagrada Escritura, la Torá.
La práctica ha cambiado, pero la
esencia propia de la Hitbodèbout queda intacta, siempre y cuando
seamos capaces de volver a conectarnos con la Fuente Original de su
Inspiración.
Uno de los más antiguos
textos de la Cábala, El Libro de la Creación, el Sepher Yetzirah
nos transmite su belleza y nos invita a la Hitbodèbout con las
siguientes palabras:
Diez Sefirot de pura vacuidad,
Su contemplación es como “la visión de la fuerza”,
Sin límites y sin fin,
Su palabra se encuentra en Ellas como en la ida y el retorno
La meditación forma
parte de nuestra historia, de nuestra realidad aquí y ahora.
Mediante su práctica podemos llegar a la Fuente, al Origen de
nuestra propia transmisión. Estar atentos a la vida es la mejor de
las prácticas, porque en cada soplo de aire, en cada flor, paisaje,
contemplación de la naturaleza está esa vida en el aquí y ahora, en
definitiva, un estado puro de meditación.
"No por fuerza, ni por poder, sino por Mi Espíritu"











